3/08/2016
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Defender la integridad territorial del país, su soberanía, sostener la paz y el orden público, hace mucho que dejó de ser una cuestión eminentemente de hombres. 

Esas funciones, hoy por hoy, también tienen rostro de mujer, generando si se quiere un acercamiento a la idea de modificación del carácter masculino de la profesión y la práctica militar y policial, por estar asociadas a trabajos que no sólo requieren fuerza y resistencia física, sino que para acceder a ellas, se exige a sus miembros superar una serie de pruebas conocidas por su dureza y dificultad.

Angélica Rosa Durán, capitán piloto del Ejército Nacional, es uno de esos rostros. Menuda, con 36 años y 125 libras, ha hecho de la valentía su estilo de vida. Angélica ha demostrado tener agallas ante las vicisitudes de los tiempos y, sacrificando su familia, “rompiendo brazos” y literalmente, “alzando el vuelo”, se convirtió en el 2003, luego de estudiar en Estados Unidos, en la segunda mujer piloto de esa fuerza y actualmente es la única femenina en el Escuadrón de Caballería Aérea que es capitán de nave de los helicópteros OH58, Robinson 44 y Robinson 22, los tres modelos de aeronaves que opera el Ejército de la República Dominicana (ERD), en un ambiente copado de más de 100 hombres con las mismas habilidades. 

Angélica, con 10 años de carrera militar, es una de las 17,489 mujeres, que con vocación de servicio, valentía, disciplina, entrega, entereza y sacrificio, forman parte activa del Ministerio de Defensa y de la Policía Nacional, donde sigue habiendo una gran mayoría de hombres, especialmente en los puestos más altos. 

“Siempre, las personas que no entienden mucho de aviación me dicen: ‘y como es que tú, tan flaquita, manejas eso’ y les digo que no es cuestión de fuerza, sino de habilidad”, afirma la esbelta rubia de 5.5 pulgadas que entró al Ejército en el 99 inspirada por una de sus hermanas, que es coronel médico.

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