5/22/2014
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EL VATICANO- El pasado 27 de abril, mientras cientos de miles de personas ocupaban las calles de Roma para asistir a la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II,
 

Una fiesta muy exclusiva, mitad religiosa mitad mundana, se celebraba en la azotea de la prefectura vaticana de Asuntos Económicos situada sobre la plaza de San Pedro. 



Unas 150 personas entre las que destacaban conocidos empresarios, religiosos y periodistas italianos disfrutaron de un generoso bufé que costó 18.000 euros y que, aunque fue sufragado por dos patrocinadores privados, ha sentado mal al papa Francisco. 



El encargado de reconocer que Jorge Mario Bergoglio está contrariado por una fiesta que no cuadra con su idea de sencillez ha sido el cardenal Giuseppe Versaldi, presidente de la prefectura vaticana de Asuntos Económicos: 


“No puedo revelar lo que ha dicho [el Papa]. Le he informado y solo puedo decir que no ha quedado muy contento, por usar un eufemismo.

 Pero puedo asegurar que estos episodios no volverán a producirse”

CNN EN ESPAÑOL