Las elecciones de mayo son calificadas de complejas porque serán en tres niveles de sufragio.
Hace veinte años que los dominicanos no votaban así. Antes el arrastre era presidencial.
El candidato a la primera magistratura arrastraba a los candidatos congresuales y municipales.
Ahora los diputados cargan con los aspirantes a senadores y los aspirantes a las alcaldías soportan a los regidores.
Es por esto último que los aspirantes a las alcaldías tienen tanto poder. Designan, o quieren llevar, a sus propios regidores.
Eso en una acción con un significativo daño latente, ya que una Sala Capitular con esa confección tendería al apoyo incondicional, con todo lo que implica.
Eso es una cuestión que los partidos conocen y pasan por alto. Hay un régimen de asentimiento o consentimiento que en gran medida ya ha dejado consecuencias.
Independientemente de esas realidades el tema oportuno es el conocimiento por parte del público del protocolo de votación. Como son elecciones de tres niveles a los electores les entregarán tres boletas.
Es un procedimiento más largo y complejo que los anteriores que se votaba para el candidato a la presidencia separadas del escrutinio para alcaldes o congresistas.
En mayo próximo serán todos juntos pero separados. Una papeleta para cada elección.
No obstante en realidad no es tan difícil como parece. Una sola raya basta para cada papeleta: para presidente, un diputado de su zona arrastra al senador, y el alcalde los regidores.
Entiendo que como los partidos y la JCE son aliados en el funcionamiento de la democracia, debe ser misión de ambos la educación de los electores en esta nueva forma de votación. Sobre todo por las alianzas.
Es importante para los partidos enseñar a votar por sus candidatos y hacer promoción de sus boletas. El PLD lleva un candidato presidencial que ocupa las dos primeras casillas y velará porque marquen la suya y no la del PRD, ya que aunque es aliado no es de conveniencia que crezca mucho.
Los perredeístas aspiran a que muchos ciudadanos, que son viejos votantes de ese partido, sigan siendo leales al jacho prendío. En el caso de Luis Abinader, un candidato hambriento de votos, no le molesta que sufraguen en la casilla 3 de la papeleta electoral aunque corresponda al PRSC. Esto también le es conveniente a los reformistas.
Quieren más del cinco por ciento de los sufragios.
Una marca basta.
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