Tomado fbJuan Fco.
La gente de la zona cañera está condenada a vivir eternamente arropada por la pobreza, el hambre, la miseria, enfermedades y desempleo, situación que contrasta grandemente con la holgada vida que llevan los jefes del Consorcio Azucarero Central (CAC), dueños absolutos del ingenio Barahona.
Según los informes, estos señores han dado instrucciones a sus vigilantes en el campo de que no permitan que ningún niño con hambre penetre a una finca de caña, a saborear un tallo de la gramínea.
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