ESPAÑA:Cuando uno llega a Mallorca en avión, lo primero que se encuentra al salir del aeropuerto es un grafismo en letras negras que hacen saber al visitante que se encuentra en Palma de Mallorca.
Sin embargo, al coger el coche rumbo a la capital de la isla, todos los carteles le indican, ahora con acierto, cuál es la dirección hacia Palma.
Solo Palma y sin Mallorca. Y esa es la dicotomía en una ciudad que para muchos tiene un nombre simple y que otros necesitan vestir con un apellido.

En 2006, la alcaldesa socialista Aina Calvo impulsó el cambio de nomenclatura de la ciudad en la Ley de Capitalidad, que recogía la denominación Palma de Mallorca. El objetivo era adaptarla al Estatuto de Autonomía para que pasara a ser simplemente Palma.
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