9/15/2014
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El Castillo del Cerro es una muestra de que Trujillo no escatimaba esfuerzos para satisfacer sus caprichos.El mural pintado en el área de recreación de la habitación de Trujillo reflejaba rostros tristes, lo cual no agradó al tirano. 


La ciudad de San Cristóbal no sólo es la cuna de la Constitución dominicana, sino que también alberga un conjunto de edificaciones que forman parte de la historia y de los patrimonios nacionales. Ubicada a sólo 15 minutos de Santo Domingo, al sur de la República Dominicana, la provincia San Cristóbal cuenta con una amplia riqueza económica, cultural, social, religiosa e histórica 

Entre los monumentos que posee, ya sean patrimonio o no, y que son baluartes importantes de la nación están: las Ruinas e instalaciones del Ingenio de Nigua, La glorieta del parque Eugenio de Jesús Marcano, la Catedral Nuestra Señora de la Consolación, el Monumento a los Constituyentes, la Casa de Caoba, que era la mansión campestre del tirano Rafael Leonidas Trujillo y el Castillo del Cerro, construido también para el dictador.

Para su época, Trujillo construyó en su natal San Cristóbal varias casas con un estilo y una finalidad peculiar. Sólo en esta ciudad el jefe poseía más de siete casas veraniegas, entre las que están: la Casa de Caoba, el Castillo del Cerro, la casa de playa de Najayo o Casa de Marfil y la Hacienda María o Casa Blanca. 

Se dice que la residencia campestre predilecta del tirano era la Casa de Caoba, gracias a que está ubicada en el punto más alto de lo que fue Villa Fundación, pero la obra más suntuosa era la del Castillo o Palacio del Cerro, cuyo diseño estuvo a cargo del arquitecto europeo y mayor del Ejército Nacional, Henry Gasón, cuya inversión fue de cinco millones de pesos.

La edificación está conformada por más de 30 habitaciones, ocho salones de juego y fiesta, y más de 15 baños diseminados en sus cinco niveles. 

A pesar de toda esta esplendidez nunca la habitó porque no caló en su gusto, pues muchos detalles, eran más bien una denuncia a su régimen.


El Castillo o Palacio del Cerro es una edificación que data del año 1949, época en que el país estaba bajo la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, quien ordenó su construcción para habitarla, pero nunca la utilizó porque no le gustó el acabado de la majestuosa obra.

El diseño está inspirado en el estilo barroco y en sus techos se contemplan incrustaciones decorativas que trasladan a sus visitantes a la época imperial. 
 
Cuando el país fue azotado por los huracanes David y Georges, estas instalaciones sirvieron, durante muchos años, como refugio para un grupo de damnificados, quienes posteriormente fueron desalojados por las autoridades.

La edificación sufrió los embates del ciclón David en 1979, que destruyó de manera parcial sus cristales, sus costosas puertas y las ventanas. 

Para el gobierno de Hipólito Mejía, la edificación fue cedida a las Fuerzas Armadas, mientras que en el mandato de Leonel Fernández pasó a la Procuraduría General de la República, que puso a operar allí la Escuela Penitenciaria, que se encarga de formar a los Agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciario que custodian a los reclusos de las cárceles del Nuevo Régimen Penitenciario.

Todos los días por la mañana, en medio de los entrenamiento se escucha a voces el lema de los aspirantes a vigilante penitenciario.

“Como está la moral del agente, alta muy alta, a tres mil metros de altura, el agente no nace se hace, lo posible está hecho y lo imposible lo haremos señor, y ante lo imposible, voluntad señor”, así se escucha a los aspirantes a Agentes de Vigilancia y Tratamiento Penitenciarios en la parte más alta de la Sede Docente de la Escuela Nacional Penitenciaria.


CNN EN ESPAÑOL