El viernes y el sábado pasado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió sendos mensajes destinados a tranquilizar a los jefes de Estado y de Gobierno aliados que fueron sometidos a un sofisticado espionaje electrónico por parte de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA).
El viernes, el mandatario estadounidense aseguró en Washington que la NSA no vigilará más a los líderes políticos amigos y el sábado prometió, en el programa de noticias alemán Heute Journal, que la NSA no volvería a escuchar el móvil de la canciller alemana, Angela Merkel, mientras él fuera presidente.
En un extraordinario gesto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, proclamó ante las cámaras de la segunda cadena de la televisión pública, ZDF, que no dejará que las relaciones entre Alemania y su país se dañen por las labores de inteligencia y prometió que, mientras él sea presidente, el teléfono móvil de la canciller alemana, Angela Merkel, no volverá a ser espiado.