PARÍS. Una nueva normativa en Francia para los enfermos en situación terminal, que permite la sedación profunda y continua para evitar el sufrimiento pero no contempla la ayuda activa para morir mediante la eutanasia o el suicidio asistido, entró hoy en vigor en Francia.
Entre los textos firmados por la ministra de Sanidad, Marisol Touraine, y publicados hoy por el Boletín Oficial se incluye el que consagra el derecho del paciente a solicitar “una sedación profunda y continua hasta la muerte en ciertas condiciones”.
Los facultativos le retirarán los medicamentos que lo mantienen vivo artificialmente, mientras le seguirán administrando analgésicos para evitar que sienta dolor hasta que fallezca.
Un primer decreto precisa las condiciones en las que puede decidirse el final del tratamiento y la puesta en marcha de la sedación, conforme a lo establecido el pasado febrero, mientras que el segundo fija los criterios de validez de las directivas decididas con antelación por la persona afectada.
El doctor tiene la posibilidad de no tener en cuenta la voluntad del paciente si la considera inapropiada o no conforme a su situación, pero el equipo médico y al menos otro facultativo deben validar su dictamen.
Para Touraine, las medidas que entran hoy en vigor “representan un avance fundamental para los derechos del enfermo y del individuo y constituyen, en un tema tan íntimo”, el mayor punto de equilibrio entre las opiniones de la sociedad francesa.
La asociación Última Libertad, sin embargo, lamenta que no suponga ningún gran cambio y que todavía se rechace la libertad de los ciudadanos a decidir por sí mismos el momento de su muerte.
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